¿Por qué se hace sus necesidades mi perro en casa?
“El dinero podrá comprarte un muy buen perro, pero no te comprará el meneo de su cola.”
Henry Wheeler Shaw, Comediante Norteamericano.
Uno de los problemas más normales con los que acuden más propietarios de perros a mi, es el de que el animal se orina y defeca dentro de la casa. Es más, un 80% de mis clientes, suelen hacerme ese tipo de pregunta en la primera sesión. Y ahí es donde empieza el trabajo con ellos.
Hoy vamos a ver cuáles son los principales errores que solemos cometer los humanos a la hora de tratar de enseñarles a nuestros perros algo tan esencial. Sin más, os dejo con la entrada “¿Por qué se hace sus necesidades mi perro en casa?”. Espero que os guste.
Los dueños de mascotas suelen considerar algo muy importante que su animal respete el interior de su hogar, de su vivienda, y no lo deje todo lleno de orines y deposiciones, cuestión que suele ser un gran motivo de alejamiento con nuestro mejor amigo, ya que al ser las principales opciones que un propietario a nivel usuario maneja, el chillarle y reñirle, esto complica aún más la situación, y hace que la vinculación emocional con nuestro mejor amigo se degrade por ambas partes, causándonos el hecho de que el animal haga sus necesidades unas emociones negativas de frustración e ira, que si no las sabemos manejar acabaremos volcando en el perro, lo cual se traducirá en una emoción tan destructiva para el aprendizaje como es el miedo, que es algo que debemos procurar que nuestro perro desde cachorro nunca experimente.
El fallo más común
Humano tenías que ser…
La mayoría de las veces, los humanos nos convertimos en propietarios de un perro (o el perro en propietario nuestro, muchas veces nunca se sabe dónde está la línea. Cuesta…) sin informarnos antes ni un poco de cómo funciona la mente del que va a ser nuestro mejor amigo (y del que tenemos que ser el mejor amigo) o como tratarlo y educarlo de cachorro, algo básico si queremos que él sea feliz.
La infancia de un perro, es tan importante como la de un niño humano, siendo particularmente importante el periodo de su crecimiento que va de los 3 a los 6 meses. Ese periodo equivaldría en la mayoría de los individuos (con las consabidas variaciones entre razas y tamaños) al periodo de crecimiento que va de los 4 a los 12 años de un niño humano.
La cultura popular en lo concerniente al perro, nos hace querer enseñarle mediante el mismo método que nos han educado a nosotros en la mayoría de los casos, mediante el reproche y el castigo verbal y físico, lo cual no logra buenos resultados en los humanos, pues no iba a ser distinto en los animales, y más que nada cuando estos no entienden las cosas como nosotros.
El método de reprimir una conducta o comportamiento mediante la violencia, solo nos puede llevar a amplificar la conducta, lo cual en la mayoría de los casos lleva a más problemas para nuestro perro, lo que desemboca en más problemas para nosotros.
El método para educar más sucio y menos efectivo de la historia
La mayoría de las veces que le pregunto a un cliente como ha intentado enseñar a su perro a que haga sus necesidades en la calle, me dice que utiliza el viejo y equivocado método de restregarle al animal el hocico contra el orín o la deposición, darle un cate mientras le chilla y como colofón final, incomunicarlo dejándolo encerrado en una habitación o sacándolo a un patio o un balcón. Y normalmente esa persona cuando me lo dice, no espera que yo le diga que el fallo es precisamente ese y que la responsabilidad del asunto (que no la culpa) es suya totalmente. Hay muchos incluso que me lo rebaten. A ellos les dedico este artículo.
Este método no solo es inútil al 1000% (no me equivoque, quise escribir mil) sino que además es una guarrada, perdón, quise decir una GUARRADA, y eso es sobre todo señal de lo inútiles que somos a la hora de educar a otro ser vivo. Si nuestra primera opción a la hora de enseñar algo tan importante como es que el perro no se orine o defeque dentro de nuestro hogar, el hogar que compartimos con el, es tal guardería, deberíamos de replantearnos en ese mismo momento si tenemos lo necesario para guiar la vida de un ser que depende tanto de su guía humano (que es como me gusta expresarlo) para todo, desde comer, hasta salir a relacionarse.
Un cachorro es un bebe
Un cachorro es exactamente igual que un bebe. Él no puede ni debe aguantarse el hacer sus necesidades todo el día. Es imposible físicamente, y por los mismos motivos que un niño. Su físico no está todavía terminado y su musculatura se está formando. Al igual que no le exigirías a un niño de 3 años que se aguante todo el día sin orinar, no puede ni debes exigírselo a un cachorro de 3 o 4 meses de edad.
Hay que interiorizar desde el mismo momento en el que nos hacemos cargo del animal, que un cachorro de entre 2 y 6 meses tiene que orinar al menos una vez cada 60 minutos. Si no vas a ser capaz de gestionar esto, mejor que no tengas perro. O por lo menos que no escojas a un cachorro como compañero. Al adoptar un perro de 4 o 5 años, no se encuentra uno normalmente estos problemas. Por eso siempre hay que valorar la opción de adoptar.
¿Pedimos demasiado? Si, muchísimo…
Y es que una persona que no se haya formado o informado, que solo tenga conocimientos sobre un tema tan complicado y extenso como la educación canina, no tiene ni idea de lo que le está exigiendo al animal, al esperar de el que se aguante sin hacer sus necesidades durante horas desde muy pequeño.
No solemos meditar que el perro, es el único animal de compañía que tiene que salir fuera de nuestro hogar, hogar que también es el suyo, para hacer sus necesidades fisiológicas básicas.
Los pájaros, los peces, los gatos, las cobayas, y en definitiva cualquiera de las distintas especies que tenemos como mascotas, tienen dentro de la casa un lugar para hacer sus necesidades, mientras que al perro le exigimos que se espere y lo haga cuando nosotros queramos (es asi en definitiva), y además lo hacemos desde su más tierna infancia. A mí no me parece muy justo. La verdad.
Si tanto amamos a nuestro perro, debemos de procurar que su vida sea lo más fácil posible, así como que tenga todas su necesidades cubiertas y este perfectamente adaptado a nuestra sociedad. Eso es amor, no estar todo el día dándole besos y abrazos para luego pegarle y maltratarle cuando se hace sus necesidades en casa sin haberle explicado lo que queríamos de una forma que el entienda. Eso es lo importante, y no creernos que queremos más a nuestra mascota porque lo dejamos subir al sofá.
¿Por qué se orina dentro y no en la calle?
Distintas maneras de fallar
Es muy fácil hacer esta pregunta, sin embargo no es tan fácil responderla, y la solución tampoco es fácil. Hay que entender desde el primer momento que el cachorro que no se enseña correctamente, es bastante probable que siga orinando en casa. Y eso es motivo de que muchas veces, ese animal acabe en la calle. O peor aún, en un Zoo-Sanitario de mala muerte, nunca mejor dicho.
Una vez dicho y entendido esto, vamos a ver como aprenden los perros desde cachorros, y luego algunos casos prácticos con los que me he encontrado.
Aprendiendo a hacer cualquier cosa
Los perros aprenden de una manera muy básica, y su aprendizaje se basa igual que el nuestro, en un terreno emocional, valorando cualquier experiencia nueva como “agradable” o “desagradable” y asociando una emoción a ella.
Cuando el resultado de la valoración es para ellos “desagradable”, suelen asociar 3 tipos de emociones básicas como son el miedo, la ira o la frustración. Estas emociones suelen traer como consecuencia una activación de sus mecanismos del estrés, activando su sistema nervioso simpático, el cual hará que nuestro pequeño amigo active sus necesidades y amplifique cualquier conducta, lo cual no es muy sano como se puede imaginar cualquiera.
Es por ello que debemos de darnos cuenta, que restregarle a un cachorro de 4 meses la cara por un charco de orín, para pasar a pegarle y después castigarlo, él lo valorara como algo muy desagradable y como resultado, lejos de tener un perro educado, tendremos un perro que empieza a experimentar estrés desde muy pequeño y que nosotros somos el foco. Esto no es muy sano de cara a la vinculación emocional entre dueño y perro, así como tampoco tiene valor didáctico ninguno. Es una salvajada y hay que acabar con ello.
No podemos NUNCA enseñarle al perro a base de decirlo solamente lo que no nos gusta que haga, y menos reprimiéndole físicamente por hacer sus necesidades naturales o instintos. Solo conseguiremos causarle estrés y que acabe desarrollando un problema mucho mayor.
El problema de confiar en el castigo físico para la educación, es que realmente lo único que se le acaba enseñando al discente, es a resolver los conflictos mediante la violencia. Y eso no es conveniente ni en niños ni en perros.
Este es el primer paso que hay que cambiar si queremos poder enseñar a nuestro perro a hacer sus necesidades en la calle. No se trata de castigar cuando se lo haga, tanto como de premiar cuando no lo haga.
Añadamos el estrés a la ecuación
Hay que entender cuál es el proceso que muchos perros sufren a la hora de no poder contener sus necesidades, siendo en sí mismo un motivo por el cual no deja de mearse en el hogar.
Normalmente, un perro cachorro de pocos meses al que se separa de su madre, ya está sufriendo estrés. Este estrés suele ser bastante traumático y muchas veces los humanos no somos todo lo empáticos que exigiera la situación, y podemos cometer errores graves, como el de intentar enseñar desde el castigo y el reproche, que nos lleven a ponerlo en una situación donde el no sea capaz de gestionar bien, lo cual supondrá una segura fuente de estrés.
Cuando un perro esta estresado, orina más, ya que mediante el orín elimina parte del sobrante de hormonas del estrés que hay en su cuerpo durante el estrés. Al orinar más, necesita más agua, y cuanto más bebe, más orina. Esto es para el necesario para poder equilibrarse y llegar a poder entrar en estado de reposo correctamente.
Si además de a los procesos de estrés que él está sufriendo, le añadimos nosotros más estrés, riñéndole, chillándole y separándolo del grupo, sin que el sepa realmente la razón, solo conseguiremos añadir más leña al fuego, o más líquido a su vejiga, como queráis mirarlo.
Hay mucha gente que lo que hace es restringirle el acceso al agua para beber o directamente quitársela. Grave error. Esto solo aumentara el problema, ya que el no tener acceso permanente a un recurso tan necesario para ellos como el agua a su alcance solo le provocara más estrés, por lo tanto necesitara más agua para poder eliminar los excesos de hormonas del estrés en su sangre, y al no tener esa agua, aumentara aún más el estrés, iniciando así un bucle del cual les será imposible salir por ellos mismos y en el cual su bioquímica corporal tiene mucho que decir.
La injusticia humana
Aparte de todo lo nombrado, es muy muy injusto el solo decirle cuando lo ha hecho mal y no cuando lo hace bien. Y es algo muy humano.
Cualquier persona que tenga un perro, y sea muy rápido y contundente para reñirle dándole un golpe físico, debería de serlo más aun para premiar a su perro cuando hace algo con lo que está de acuerdo y le hace feliz.
Creer que un animal debe de dar por sentado que somos su amo y tiene que estar todo el tiempo buscando complacernos, es sufrir de una ansias de grandeza más cercanas a ser un sociópata con complejos mesiánicos, que de ser el mejor amigo y compañero de un animal tan fiel como son los perros.
Mi cachorro es exactamente como un bebe
¿Reñirías a un bebe humano de 2 años por orinarse encima? ¿Verías normal que otra persona lo hiciera? Seguro que no. Es algo muy normal y humano que nuestro bebe se orine encima, ya que entra dentro de algo natural dentro de su fase de desarrollo nada más nacer. No tiene desarrollada totalmente su anatomía, y a su vejiga y a su esfínter le es imposible aguantarse. Debe evacuar frecuentemente. Es algo natural como ya he dicho antes. Pues en el cachorro es exactamente igual.
Reñirle no solo no sirve de nada porque sencillamente no tiene ni idea de que eso está mal o de que tu no quieres que haga eso, y expresárselo mediante la violencia, no hará que se entere ni más rápido ni antes, solo le hará cargarse de estrés y eso le hará más inseguro, al manejar desde muy pequeño emociones tan destructivas como la ira, la frustración o el miedo. Cosa lo cual no nos conviene en lo más mínimo.
¿A qué se entiende mejor ahora porque es una asquerosidad de tomo y lomo, lo de restregarle el hocico por sus necesidades y reñirle encima?
Pues si lo has entendido todavía hay esperanza para tu perro. Si no, vuelve a leerte este articulo desde el principio.
¿Pero qué puedo hacer?
No hay remedios caseros
Hay que interiorizarlo. No hay remedios caseros. No hay un truco fácil o alguna técnica o táctica que nos pueda ayudar a que nuestro perro se deje de orinar y defecar en nuestro hogar que es el suyo.
Y no se deben buscar culpables o eso solo nos hará desarrollar todo tipo de emociones negativas alrededor del cachorro, desgastando el vínculo emocional con el, cosa que se degrada por ambas partes a la vez. Y eso es lo que menos queremos.
Hablando de cómo solucionarlo
Pues al ser un tema muy extenso, he decidido plasmarlo en un par de artículos, este primero donde hablo del fallo más común y de sus distintas facetas, donde procuro dejaros claro cosas muy básicas como son que el perro es un bebe (si no te has enterado de esto, mal vamos), que la violencia física o verbal no es educativa y que se puede llegar a tratar de un problema de concepción por parte del humano, de lo que es la situación en si misma.
Por eso os conmino a un próximo artículo que os dejare la semana que viene, en este vuestra página de perros favorita, y que llevara el descriptivo título de “Como lograr que mi perro deje de orinarse dentro de casa”. No os lo perdáis.
Sin más un saludo y hasta la semana que viene. Cuidadme a vuestros perros…
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